jueves, 14 de noviembre de 2013

SUMISAS


Se acaba de publicar un libro sobre la mujer sumisa: “Cásate y se sumisa", el cual se ha convertido en un bestseller en Italia y con tanta publicidad se va a convertir también en España (aunque sea por leerlo para criticar sus razones y fundamento).

En palabras de la autora "San Pablo nos recuerda que a las mujeres nos gusta controlarlo todo, decir la última palabra, manipular por detrás. Ser sumisa significa, literalmente, estar por debajo para ser el apoyo de todos los miembros de la familia, para acompañar a los más débiles. Es una cualidad propiamente femenina, a pesar de lo que diga la revolución feminista".

Pues mire usted por donde no estoy en absoluto de acuerdo. 

Para empezar, según la RAE, sumiso (del latín submissus), significa: obediente, subordinado; rendido, subyugado.

Para seguir, considero que esta no es la función de la mujer y menos aún comparto los calificativos que la autora dice que hace San Pablo sobre nosotras (a ver ahora cómo se defiende el mencionado de lo que se le atribuye, sin poder justificar que estas palabras fueron contextualizadas en la sociedad y la cultura de su época, nada que ver con la actual).

Pero lo que está claro son tres cosas:

1. Que ésta" feliz mujer sumisa" de la que habla la autora no es feliz, porque lo que hace lo hace en función de un marido o  un débil que la necesita, porque es lo que debe hacer

Sumisión y entrega son dos cosas muy distintas!!! tanto como que una se hace libremente y la otra no.

Una mujer realmente feliz es la que lo hace porque ELLA considera que lo debe y quiere hacer, como entrega generosa de su tiempo, sus medios y su compañía. Pero ¡cuidado! que el hombre TAMBIÉN es perfecto cuidador y que esto también le hará feliz a él si lo hace, pues el cuidado es algo recíproco de personas que se quieren, y no es sólo condición sinecuamen del sexo femenino.

Por tanto,el cuidado no es algo propiamente de la mujer, sino que es algo que también puede llevar a cabo un hombre, y que por suerte son muchos los hombres que entienden el cuidado como una tarea que no desdice en nada del estado varonil.

Los hombres pueden (y deben) llevar a cabo también esta entrega hacia la mujer.

2. Que el cuidado y la entrega no es algo que sea de mujeres sumisas casadas, sino que el cuidado es algo propio de personas generosas.

El matrimonio no es sumisión, es una decisión que se toma  libremente, y que en el día a día libremente vive el casado.

El decidir que se desea estar con alguien toda la vida (o gran parte de ella al menos) es una decisión demasiado importante como para que aparezca en el título de un libro junto con la palabra sumisa. Una no se casa sumisa, se casa querida.

3. Que las que realmente sí son viejas conocidas de las sumisas y que compran libros que llevan al número uno durante semanas, son las amigas del famoso Grey, quien a través del sadomasoquismo experimenta una relación entre un hombre y una mujer de sumisión de la mujer por parte del hombre a través de la violencia y el sexo. Pero todas tan contentas y aquí nadie protesta sobre libros que hablan de esta sumisión. 

Así que no hablemos de mujeres sumisas ni de revoluciones feministas (porque revoluciones feministas también fueron las del Feminismo de la Complementariedad, que se ve que esta autora desconoce).

Hablemos mejor de lo que es realmente una relación entre hombre y mujer, donde cada uno aporta su apoyo, cuidado y tiempo; no por obligación, sino por amor y generosidad. No solo esperando recibir, sino simplemente dando: el amor es incondicional, sino es egoísta y condenado al fracaso. 

Porque tan malas son las luchas como las declaraciones de vencidos. Más vale que en una relación haya dos pilares que la sustentan, a que haya solo uno.

Seamos realistas: ni sumisas, ni por debajo. Mejor al lado y como apoyo, que lo que se construye entre dos personas es más fuerte que lo que se sustenta por una.

Así que quien quiera que lea este libro, o que lea el de Grey.. pero luego que no pidan igualdad y complementariedad, pues se recibe lo que se fomenta y se da.

Esperemos a ver el segundo libro de la autora, en el que promete que defiende "el hombre que da la vida por su mujer". Nos sentaremos a ver qué reacción tienen los hombres... quizá alguno acostumbrado a tener al lado a una sumisa prefiere no jugarse el pellejo por la que le ha dado todo por su "condición femenina". Total, es lo que debían hacer...

Quizá los que han recibido todo porque darían igualmente todo, son los que no solo darían "la vida", sino SU vida por ellas: por sus mujeres, sus madres, sus hijas, sus nietas, sus amigas... todas sus queridas mujeres que lo son por algo más que solo por el hecho de ser mujer.





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