Dolor e incredulidad... Deseo de que no sea verdad...
Encender la televisión y que miles de imágenes te asalten sin pedir permiso.
Y luego ves cuerpos, luces y comienza a oscurecer.. Y sigues viendo los mismos cuerpos que se encargan de mostrarte una y otra vez... Y susurrando les pides que solo sean ellos, que no haya más.. Pero la cruda realidad es otra, y en tu interior lo sabes.
Y la tierra que tan bien acoge, con gente que desprende cariño y termina tu nombre en "miña", ahora está rota, llora por los muertos y acompaña a sus vivos.
Pero en ese momento, en el que parece que la desesperación te acompaña, que te pasa por la cabeza que ese tren tu lo coges una vez al mes para dejarte llenar por su tierra y su gente, esa desesperanza...esa! se convierte en orgullo.
Orgullo de un pueblo, el gallego, que colapsa vías y hospitales para dar lo único que puede ofrecer: su sangre. Y de esos primeros que vivieron lo que nadie les preguntó si querían vivir, y salieron a la calle con mantas y lo necesario para poder ayudar, con sus manos abiertas y dejando al descubierto un corazón que sabían que les iban a dañar... Y dieron lo mejor de si, se dieron a ellos mismos.
Y toda España se encogió, cerro los ojos y solo pidió que no fuesen más... Pero en soplos que llegan iban siéndolo, y todos, como país unido, siguió dando un poco de si: pensamientos, deseos, lágrimas y una noche en vela.
Los verdaderos héroes no van disfrazados, no tienen tiempo de ocultar sus rostros. No se ponen armaduras sino que dejan al descubierto sus poros, que se impregnarán de ese olor que ya jamás se les irá y quedará en su recuerdo...
Y eso es lo que realmente muestra lo que somos.
Me siento muy orgullosa de este país y de su gente, me siento orgullosa porque cuando hay que hacerlo, se hace. Me siento orgullosa porque vivimos rodeados de héroes anónimos, y me siento orgullosa porque todos lloramos la pérdida de los nuestros y abrazamos a los que se quedan.
Todos somos Galicia, todos íbamos en ese tren y todos hubiésemos salido con mantas a arropar esos cuerpos vacíos de vida pero llenos de dignidad.
Y ahora esas mantas se amontonan, sin los cuerpos a los que dieron cobijo, las lágrimas de los suyos ya se cansan y mueren con ellos.
Y este país velará su recuerdo y abrazará a los que un poco ese día murieron con ellos.
Y cuando volvamos a coger ese tren pensaremos en esos desconocidos que ya no lo son y forman parte de un pensamiento
Pésame y orgullo... Que dos sentimientos...
Y cuando volvamos a coger ese tren pensaremos en esos desconocidos que ya no lo son y forman parte de un pensamiento
Pésame y orgullo... Que dos sentimientos...