COSAS DE NIÑOS

Esta semana pasada se ha aprobado el aumento de la edad para contraer matrimonio, pasando de los infantiles 14 años a los adultos 16..

Curiosamente, para tomar una decisión como esa se es adulto a los 16 pero para votar, entrar en la mayoría de las discotecas o hacerse un simple tatuaje tendremos que esperar a los 18.
Asimismo, se puede abortar (sin decírselo a tus padres, claro! Que sabrán ellos del "amor") o tomar la píldora del día después a esa misma edad... Los adultos 16!

Aquí una servidora, que hace mucho que perdió el miedo a lo políticamente incorrecto, no entiende como una niña de 16 años puede tomar sola semejante decisión de no tener el hijo que en una noche loca, en la que no tanto la píldora del día después sino la neurona del día antes, hubiese hecho que tomase una decisión que se le presume madura...

Hay que ser hipócrita para pensar que hay decisiones que se pueden tomar a solas a esa edad.. Porque usted lector ha tenido 16, y yo he tenido 16... Y sinceramente creo que a esa edad las únicas decisiones que se toman son las inspiradas por las hormonas y la inmadurez, en una sociedad llena de chicos ya con sus canas con complejo de Peter Pan, y de chicas que se creen las barbies con las que jugaban hasta dos años antes..

Es curioso que las decisiones que se presumen aptas para tomar a esa edad sean las que detrás tienen laboratorios farmacéuticos y clínicas privadas...

Más educación y menos echarse las manos a la cabeza.. Aunque lo fácil sea mirar a otro lado, echar la responsabilidad sobre los hombros de niñas de 16 años que se han educado más con series como Sexo en Nueva York que con una madre que se sentase y dedicase tiempo a explicar que es eso del sexo, y sus consecuencias.

Y ahora a ver a cuanto elevan la edad para las relaciones consentidas dentro del mal llamado entonces "plan para la infancia". Ojalá este gobierno empiece a pensar un poco más con la cabeza y menos con el bolsillo.. Que empiece a tomar decisiones reales y que defienda de una vez por todas a la infancia, esa que antes o después será el futuro del país.

Si no defendemos a nuestros niños, no estamos defendiendo nada que merezca de verdad la pena.

Sean valientes y hagan lo que tienen que hacer. O váyanse a su casa a cuidar de sus hijos, ya que a los míos no quiero que les "cuiden" ustedes protegiéndoles con sus leyes en contra de la infancia.