viernes, 21 de noviembre de 2014

CONCILIAR

Conciliar.. Conciliar es una forma de vida, una forma de ver, una forma de compartir, de amar y de dejar ser amado

Conciliar es tener el valor de pedir ayuda y el valor de darla sin creer que por eso se es menos mujer o menos hombre.

Conciliar es acompañar en el sufrimiento, en las noches en vela, en el esfuerzo, en las alegrías y en las penas. Es vivir para otro sin perderse a si mismo

Conciliar, señoras y señores es poder realizarse plenamente sin tener que decidir si ahora o más tarde. Es no dejar que nos engañen y se rían de nosotras en nuestra cara y que no lo hagan tampoco en la vuestra, queridos hombres.

No queremos congelar óvulos, ni liderar impersonales empresas, ni lucir perfectas enfundadas en prendas por las que ser envidiadas. No queremos que vengáis a ordenar nuestras ideas y mucho menos nuestras preferencias.

No queremos que nos digáis cómo ser mujeres, y menos aún que nos digáis cómo tenemos que querer que sean nuestros hombres.

No queremos que redefináis conceptos, maternidades ni ideales.

¿Por qué no preguntan a las mujeres cómo queremos conciliar?

Queremos conciliar acompañadas y apoyadas. Queremos que sea cosa de dos.

Queremos que conciliar se desvincule de cosas negativas (no es solo cambiar pañales, acompañar al medico en enfermedades o dejar de dormir en turnos establecidos antes de ponerse el pijama).

Partamos de una base: conciliar es algo positivo: es amar, educar y acompañar. Es sentirse realizado mientras ves que otro aprende, es curar a base de cariño, cerrar heridas que no tienen por qué ser sobre la piel y secar lágrimas de risas que no se contienen.

Conciliar es dar calor en la noche y luz durante el día.
Conciliar es que sepan que estas ahí y saber que lo saben.

Conciliar es amar sin medida y sin pedir nada a cambio (esas cosas chocan en nuestro mundo materialista).

Conciliar no es cosa de mujeres o de hombres, conciliar no tiene sexo, no tiempo ni fin. Conciliar es estar ahí.

Ayer fue el 25 Aniversario de la Convención de los Derechos del Niño, y cuando las mujeres hablamos de conciliar o nos hablan de cómo se supone que debemos hacerlo, los primeros que saltan como pepitos grillos de la conciencia son los niños, pero no nos olvidemos que no solo debemos conciliar por ellos y para ellos, sino por nosotras, por vosotros (que debéis hacer también lo propio) y por llenar de un poco de humanidad esa esfera laboral que en muchas ocasiones solo tiene beneficios en forma de ceros en un número de cuenta bancaria.

Hacer una buena conciliación nos lo debemos a nosotras, ellos se lo deben a su cada vez más pisoteada masculinidad y la sociedad se la debe a cada uno de sus integrantes.

Conciliar es algo más que un simple verbo.
Conciliar es una forma de vivir la vida para los que no buscan sobrevivirla, sino vivirla en plenitud.



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